Te veo en menguante

Cuando tu cara veo en menguante…
suavemente, despojo de cada uno de mis dedos
la seda que los envuelve y, en el alféizar, acomodo el guante.
Lo miras de soslayo, como queriendo vivir el recuerdo de un tacto que no te permites, el sutil roce del ante. Bajo la piel.
Como antaño.
Como las semillas de cebolla plantadas bajo el influjo de la luna menguante, que esperan su germinación siguiendo el impulso de la naturaleza… su propio pulso…
Por las mejillas, un sutil hilo de frescura y, antes de que empape la tierra, crece la sonrisa ante el recuerdo,
Antes, era una saudade.
Ante la vida, una caricia.
© Roberto Sastre Quintano.
Madrid, 07/10/2020.