La mañana
Algunas veces juego al escondite con ella.
Llena de sol, solo que me empaña la visión y sólo llego a percibir vislumbres, más en escenarios del recuerdo que del momento expectante en sí.
¿Dónde estarás, de brotes tiernos y jugosos, de luz enfocada?
Me respondes que mañana será un buen día para mostrarse.
Por la mañana, maticemos, no te despistes…
Porque es ahora cuando he de vivirte en mis entrañas y desde ellas
para poder evadirme luego, por tu puerta mañanera,
hacia el valle en el que guardas, aguardas y atesoras tu sonrisa fresca y vital.
Con ella deseo jugar, compartir, desternillarme,…
bajo la cascada del prístino lago en el que ahora mismo nos encontramos.
Dejamos que transcurra el tiempo, tranquilamente.
Sin tiempo para perder.
Parando el reloj.
Deteniendo el tiempo en ese lugar eterno,
manteniendo la mirada…
la complicidad y la vida.
© Roberto Sastre Quintano.
Madrid, 19/03/2018.