El paso
Explorar en la garganta del mundo una voz, un susurro.
Con un timbre característico alto o apenas perceptible.
Como el viento que sólo escucha el alma cuando algo tiene que decir,
pero no a oídos ajenos.
Una brisa, un suave canto, nada más,
para abrir en canal el mundo a tu mirada silenciosa y atenta.
Se abre la flor del magnolio extendiendo su perfume a través del cañón, por el túnel del tiempo…
¡Vuela!
Respirando y exhalando la vida…
© Roberto Sastre Quintano.
Madrid, 24/05/2018.