El ciclo de los soles
Hay soles bajo los que la somnolencia reina y quema vivir en el olvido.
También, es cierto, existen flashes en los que un llamado de consciencia, paciente, amable, golpea con claridad y dulzura las puertas que llevan hasta la presencia del despertante.
A veces, cala. Y con ímpetu certero, calmado, desliza los goznes permitiendo el paso de aire fresco. ¡Bendita redención!
El sol y sus distintas caras.
Facetas del ser humano que, con mimo y un poco de atención, tienden naturalmente a nutrir la piel… del Espíritu.
El bronceado del Alma…
mientras el aire ondulante sigue su ritmo,… acariciante,…
calmado.
© Roberto Sastre Quintano.
Madrid, 10/05/2019