Baile cósmico
«Agua que nada entre bendiciones de amor, rojo y libre».
Si es que la vida se desliza en un suspiro…
deja que el amor se exprese, rojo y libre.
No te resistas.
En esa piel que se estremece cuando el halcón vuela alto y cae en picado, directo hacia el corazón del hombre, en un sueño marchito. Falso, como la muerte.
Déjala partir…
Los músculos se tensan, cantan, retuercen su baile anhelante, de auxilio desbocado…
Bendiciones del alma, que afloran vivas, en exaltación vivificante,
en exhalación agradecida, infinitamente agradecida…
Y los músculos se destensan, se relajan en una mueca convertida en gesto.
Reconvertida en calma… Como el mar… quieto.
El canto de la mar, sí.
Música de órganos
que desde la nada aflora y se escucha,
se esgrime y se siente
forjada en un torrente.
Sentida en todo su continente…
En la Nada sublime…
Toda ella en un suspiro…
Ese Suspiro magnificado que resuena en todos sus tubos,
amplificado en cada uno de tus huesos… en el agua.
En tu agua de vida.
En ti, flor de las profundidades del cielo. Agua magna.
© Roberto Sastre Quintano.
Madrid, 24/04/2018.