Verter la copa
Un impulso.
Derramar la vida en esa copa, diáfana, sin fronteras que la constriñan.
Como el firmamento a la mar,
lleno de cometas que salpican en cada gramo de arena, un pesar:
El de la palabra nacida, de corazón y pluma.
Ligero viento, velero desvaído de arena y estrellas. Lucero polar.
Libertad plena,
desapercibida bajo la silueta de la montaña desértica, recorriendo el alto Nilo.
Luz de penumbras doradas.
Llegué a casa, vertiendo las estrellas.
© Roberto Sastre Quintano.
Madrid, 30/07/2018.
Madrid, 30/07/2018.