Siega de Corazones
Cuando llega el momento de la siega,
los corazones se cosechan,
se recogen en fardos bien atados y
se envían a las praderas de los desiertos.
Lejos… o se envían cerca.
Allí, se plantan de nuevo, en la esperanza de abrir la tierra y
convertirla en suelo fértil para que la vida tenga sentido.
Que la tierra yerma viva y se inunde de ti,
de la semilla que portas en tu corazón luminoso.
© Roberto Sastre Quintano.
Madrid, 07/02/2018.