Respirar
Ese hábito vital sin el cual no podríamos sobrevivir.
Convertido en hábito, sí, desde el mismo momento en el que nacemos a esta vida inconsciente…
Cuántas veces se nos olvida darnos cuenta de los automatismos con los cuales funcionamos a diario…
La respiración, por ejemplo.
Base de nuestro equilibrio, de nuestra paz interior, de la relativización de las cosas que nos van ocurriendo a cada paso que damos. Parte importante de nuestra nutrición…
Una respiración tranquila y atenta aporta salud en cada día que vivimos, va despejando incógnitas a las que nos vamos enfrentando, por el simple de hecho de sintonizarnos en un estado interior en el que permitimos que nuestra intuición hable, que aparezca y fluya nuestra capacidad creadora para entregársela al mundo, desde nuestra propia presencia, atenta, consciente…
En ese estado, podemos permitirnos ya incluso no hacer nada cuando nos apetezca, porque desde esa nueva óptica que apreciamos y sentimos como propia, sabemos que estamos haciendo algo muy útil para el alma:
Darnos cuenta de que estamos viviendo.
Ser protagonistas de nuestra propia vida, punto de partida.
© Roberto Sastre Quintano.
Madrid, 04/12/2017