Que la vida me busque
Dejar… que la vida venga a mí.
Que la vida me busque.
Sí. Como el río de aguas cristalinas que naturalmente fluye siempre en una dirección, río abajo.
Con un movimiento cambiante en su aguas, entre rápidos y estanques, remansos de vida y paz.
Con la simple existencia que facilita que el río genere y albergue vidas… que lo habitan; permite la coexistencia de más seres que al mismo tiempo retroalimentan su función dadora de vida…
Dar vida…
Recibir vida…
Darse… cuenta.
En una sintonía que va más allá de la necesidad de la búsqueda:
Un estar y percibir el momento, las conexiones que envuelven los instantes y…
esos instantes que quedan grabados a través de la retina,
sellados al rojo,
como si en una fragua hubieran sido fundidos, formados entre yunque y martillo.
Con luz y carne
Con fuego y amor.
© Roberto Sastre Quintano.
Madrid, 23/01/2018.