Niebla
Saliendo del túnel… algo inesperado aparece tras asomarme a la gran avenida…
¡Niebla!
DEL ANTES, ensueño rutinario que va activando los engranajes y resortes del comienzo del día…
AL DESPUÉS: impacto de los sentidos, salida de la madriguera hacia un nuevo escenario que se sobreimpresiona en la retina… y más allá, adentro… ilumina y ensancha nuestra emoción…
¡Niebla…!
Silencio, ligera humedad, ambiente que difumina el aire dulcemente pesado pero al fin y al cabo, liviano, como sentirse a uno mismo en la noche, bajo esas estrellas que se intuyen acariciándote y que se adhieren, que penetran en la piel como un bombardeo cosquilleante, burbujeante, que deja intuir una sonrisa en la comisura izquierda de los labios, de brillante gaseosa, Vía Láctea de mis sueños…
Galaxias inconmensurables que recibo por cada uno de los poros del pensamiento, que me dejan absorto… y todo… por sentir la Niebla, como un regalo en la noche que da paso a un dulce despertar…
© Roberto Sastre Quintano.
Madrid, 20/10/2017