Mientras callas
La vida te vive, te diluye mientras callas, por no saber esbozar una palabra de afecto, de ternura.
Transformas la dulzura en terrones de azúcar blanca, en pensamiento de fundirse en una taza de té, o de café recién hecho de sabores y aromas… que se disuelven, sí, pero en un sueño de olvido recordado, escondidos en una alacena en cualquier lugar de proyectos no perfilados, perdidos, abandonados.
Como blanca es la nieve y fría… morena es mi alma que no entiende de terrones, sólo de afectos.
© Roberto Sastre Quintano.
Madrid, 29/11/2017