Charlotte
Son ritmos, son esperas a ritmo de swing. Al son.
Entresijos, entre visillos,… como un estar a las puertas, disimuladas, de entradas o salidas, pero que te invita a permanecer simplemente escuchando el momento, sintiendo lo que ocurre alrededor.
Es nombre de mujer. Allí me hallo, dentro de ella. Cobijado, esperado, reconfortado, escuchando su latido y un dulce silbido de seda en el oído.
Y en el hogar creado y sentido, compartir la ciudad, las luces que van prendiendo, acariciando un café y respirando su aroma, fragancia de mujer.
© Roberto Sastre Quintano.
Madrid, 16/01/2018.