Surcos sobre la arena
Con los dedos perdidos en el viento
y dispuestos,
lentos, acompasados…
Se hunden en la arena…
Trazando surcos,
concéntricos al Hombre
excéntricos a vistas «ex-comunio«.
Cubriendo y llevándolos
a las profundidades marinas,
en danza rítmica, sensual,
como la respiración a la vida, con su ritmo y sus pausas.
En comunión cómplice, a lomos del viento, danzando y moviendo las olas, de colores surcadas, amainadas y arreciadas…
En un vaivén que replica el universo en un punto central, Galaxia de ensoñaciones y recuerdos,
de recreación y experiencia.
De la vida, a través de los sentidos receptivos, abiertos al aire, a la tierra y al agua: A la mirada…
Ven a mí, luz que proyectas (el movimiento sobre los surcos de poniente) tu sombra de contrastes sugerentes.
Permíteme así, cálida candela, vislumbrar la certeza y el disfrute, la creación y el sentimiento.
Llena de colores, como la luna plena
que alumbra la noche convirtiéndola en día.
Como el sentir, iluminado de movimiento esbelto, de nuevas sensaciones que nutren el alma franca.
Llévame así, como yo quiero estar,
danzando las noches en el día,
al cobijo de tu influjo temprano, al alba queda…
Inspiración que escribe plumas al viento…
Palabras… en la arena…
© Roberto Sastre Quintano.
Madrid, 06/11/2018