Al ocaso
Ese horizonte me embarga, de infinitas montañas desvaídas que dibujan los contornos de tus curvas.
Rocosas, esmeriladas, danzantes, desconcertantes…
Amables y estiladas,
cercanas y, en un ademán, estrella bajo el foco de tus pechos que llaman a ganarse con un beso.
Con un beso, despedida al ocaso,
con el último rayo de luz.
© Roberto Sastre Quintano.
Madrid, 22/10/2017