Estrella de medianoche
Cuando a veces alcanzo alguna estrella
sé que te estoy amando, entre el fulgor que me ciega y los besos dirigidos desde tus dulces labios en las yemas de mis manos, abiertas para recibirte, a tiempo y a destiempo.
Cuando me entretengo en planetas que no reflejan ni el brillo de una mirada, me llamas con ternura, enviándome mensajera estrella fugaz, a envolverme en papel de celofán, como regalo de regreso hasta las alturas, donde reinamos como células boreales que encienden la noche.
Para perpetuar la vida, en la sonrisa lunera de la medianoche.
© Roberto Sastre Quintano.
Madrid, 23/11/2017