Encuentro
Evita tocarme… mírame.
Escúchame, mientras mesas mis cabellos.
Pon tu oído en mi pecho y palpa cómo late mi corazón en tus manos:
Tierno y ligero, como el galope que suena y resuena en la mirada de un corcel.
Transparente, como son las aguas de montaña recién desheladas. Y brillantes, con la luz suave del atardecer…
Fuerte, y desnudo, comunión de almas.
Rojo intenso, luz cálida de invierno. Fuego de neón.
Donde la vida nos lleve.
Corazón amable, águila serena.
Plumas al viento…
© Roberto Sastre Quintano.
Madrid, 25/02/2018