Como gotas de agua
Las palmas de las manos entrecruzadas,
acariciando el corazón.
Plegaria inocente.
Sencilla, en cada latido.
Cálida, envuelta en una de esas sonrisas confiadas que nos entrega la vida.
Su gozo, sus sombras.
Su fe, su esperanza.
Simplemente, un sentir agradecido.
Mientras la vida transcurre
y continúa su curso,
al igual que los arroyos de montaña,
que una vez nacieron y,
en algún momento,
llegarán hasta el inmenso mar.
Como gotas de agua, brillantes,
en el corazón de la Creación.
A cada latido.
© Roberto Sastre Quintano.
Madrid, 14/05/2020.