Acerca de
El ser humano siempre está en camino…
A veces el movimiento te lo recuerda. Otras veces la quietud o el estancamiento parecen indicar que nuestra ruta vital se desdibuja en el horizonte, hasta el punto de borrarse justo a la distancia de las últimas pisadas que marcamos en el suelo…
Pero el impulso vital está ahí (el soplo de Dios), en mayor o menor medida y es quien termina por asomarse por encima de las circunstancias propias para continuar moviendo nuestra maquinaria cósmica…
Es en esos momentos, cuando renacemos a la vida… como siempre ha sido…
Un abrazo,
Roberto Sastre.