Alineados
¡Ay, esa luna, que me crece y decrece al compás de las mareas!
Como el péndulo de la vida,
que unas veces va, otras viene…
Tú y yo, en el centro.
ajenos al movimiento,
cómplices del firmamento.
Sonríes, te sonrío mientras nos traspasamos con la mirada.
Flor de loto, perfume eterno,
caricia salvaje.
En el pecho, un sello:
Prístino y lacrado.
Natural y recordado.
© Roberto Sastre Quintano.
Madrid, 25/02/2018