Busca la Luna
cuando la marea esté alta, bajamar de pasiones.
Contempla su brillo, Luna Llena, centro de mi Ser.
Acaricia sus manchas como yo te mimo en tus noches de ensueño, ensoñando tus afectos.
Siente en tu pecho, candela brillante de la noche, ese puente invisible a corazones ajenos, que nos une en las horas de silencio…
Permite pasar por él, a su través, la cosecha venidera que ha de llenar tus mares, como torrente Océano bendito, que ya te colma y rebosa en tu anhelo cumplido de Ser… un sueño soñado,
una Palabra entregada.
© Roberto Sastre Quintano.
Madrid, 29/09/2017